La adopción un drama con cinco partes




Hay una imagen de la adopción que la presenta como un drama triangular entre los padres biológicos, el niño y los padres adoptivos. Pero sería mejor transformar el triángulo en un pentágono, en el que el cuarto y el quinto ángulo son las sociedades donde la adopción tiene lugar. En efecto, igual que cuando se trata de otras leyes y disposiciones, las reglas que se refieren al abandono y la adopción de menores son dirigidas por las ideas y las necesidades que hay en cada sociedad; o, mejor dicho, por las ideas y las necesidades de antaño, puesto que la legislación se toma su tiempo y pasan años desde que la ley se escribe hasta que empieza a aplicarse.

Las leyes antiguas de adopción, como por ejemplo la romana, miraron más por los intereses del grupo y la familia que por los de la persona. La adopción se creó para que la familia continuara existiendo, para que un hijo pudiera encender la lumbre en el altar de sus antepasados. Asimismo podía tratarse de la adopción de una persona mayor, ya que también podría cumplir la función deseada. No se trataba de crear unas relaciones afectuosas entre un niño particular y unos esposos sin hijos.

Cuando miramos hacia atrás, considerando a las sociedades desde el punto de vista histórico, es fácil ver estas conexiones entre leyes e intereses sociales y, también, cómo las necesidades de la sociedad formaban el concepto de las leyes que se creaban para regular la vida de las personas particulares. Si se tratan de ver estas mismas conexiones en la sociedad de hoy se topa con más dificultades; estamos demasiado cerca y sin perspectiva. Es difícil estudiar de una manera imparcial las reglas y normas que uno se ha acostumbrado a ver como indiscutibles.






Bernardita Egaña: Puertas que se abren a favor de la adopción

Muy positiva, la directora ejecutiva de la Fundación San José valora y destaca la mentalidad abierta de los chilenos. Casi 20 años de experiencia la han impulsado no solo a abrir nuevas puertas en favor de los niños, sino que también a transmitir parte de sus vivencias en un libro, recién publicado, llamado Biografía de una Adopción. 
Pocas personas saben tanto sobre adopción como Bernardita Egaña. Sus últimos 20 años los ha dedicado a esta causa. Por eso ahora, estando a la cabeza de la Fundación San José, tiene poderosas razones para celebrar. Uno, porque recientemente publicaron un libro dedicado a su historia y a la de esta institución (Biografía de una Adopción, Historia de Bernardita Egaña y Fundación San José para la Adopción, Mago Editores); dos, porque llevan 17 años entregando hijos a parejas infértiles, y tres, porque, a pesar de que hoy en día se adoptan menos lactantes que antes, se abren nuevas puertas como la entrega de niños mayores.

"Es muy gratificante ver cómo la sociedad habla de la Fundación San José. A raíz del lanzamiento del libro, tomé conciencia de lo grande que estamos y de todo lo logrado: hemos desarrollado un programa de adopción. Tenemos una casa, Belén, donde se cuida muy bien a los niños susceptibles de ser adoptados y contamos con un equipo profesional dedicado a cuidar a las madres biológicas y a acoger a los postulantes", explica Bernardita, en su calidad

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